sábado, junio 18, 2016

Del correcto candidato, al mal gobernante


Posando de animalista, Enrique Peñalosa convenció a la ciudadanía de su respeto por la vida y su rechazo a las corridas de toros. Pero hoy se lava las manos ante sus gobernados, mostrándose como un mandatario obligado a restablecer en Bogotá las sangrientas corridas de toros por cuenta de un fallo de la Corte Constitucional.

Un verdadero respetuoso de los animales no transige ante un fallo. Un real defensor de la vida no claudica ante nada. En un ser íntegro priman los valores...pero ese no es el caso de Enrique Peñalosa, mezquino personaje que traicionó la confianza de sus electores con este y otros hechos de su nefasta administración y quien, en perjuicio de todos los bogotanos, está acabando la ciudad que prometió recuperar.

¿Qué podría hacer entonces? Varias cosas; pero destaquemos tres acciones que el 'doctor' Enrique ya debiera tener en su agenda por el respeto a la dignidad animal, si tuviera agenda y respeto, en vez de satisfacer veladamente los bajos instintos de sus amigos taurinos, a quienes claramente está dorando la píldora.

1) Ya que está tan deprimido con el regreso de los toros, convoque una CONSULTA POPULAR, como la que se adelantó el 29 de octubre de 2000 por iniciativa suya (cuando aún no estaba hipotecado a sus patrocinadores) para aumentar el Día Sin Carro. En esta ocasión consulte si los bogotanos aprueban la continuidad de uso para la Plaza de toros Santamaría, o si prefieren darle uno nuevo y socialmente más sano, que podría ser cultural, lúdico y/o deportivo. Con ese sólo detallito, la ciudad dejaría de tener un sitio apto para las corridas y, por sustracción de materia, ninguna autoridad podría exigir un exabrupto como el proferido por la Corte Constitucional en su amañado fallo a favor de la preservación de la “cultura” taurina.

2) Ya que está privatizando el patrimonio de los bogotanos (ETB), y proponiendo que con dinero todo se vale (No Pico&Placa para los que pagan), 
venda la plaza a su real valor y eleve sustancialmente los impuestos en el Distrito Capital para la realización de corridas y todo lo concerniente al fatal 'arte' de la tauromaquia. Esta sería una manera ingeniosa de desmotivar el crimen y la crueldad contra los animales como espectáculo, sin constreñir el 'derecho' de las minorías.

3) Ya que está tan preocupado por la expansión urbana y por el futuro de la Sabana, detenga su proyecto de urbanizar la reserva forestal Van Der Hammen, y dicte normas para la demolición de bienes distritales ubicados en centralidades, no en los suburbios, y destínelos a vivienda social. Al demoler la plaza de toros se podría hacer un atractivo complejo habitacional que se integre a las emblemáticas torres del parque y al Parque de la Independencia como una pieza urbana de excelencia.

Piénselo, Enrique, todavía está a tiempo de rectificar su errático mandato, tan lleno de mentiras como su doctorado. Hablemos con la verdad y obremos con sentido común. Así el próximo año no tendremos que decirle #FueraPEÑALOSA.

10300

miércoles, enero 20, 2016

Yo soy Rubiela Chivará


Señores periodistas: en verdad, es el sistema de salud el que genera bloqueo, colapso e indignación.

Durante muchos meses, Rubiela Chivará, mujer humilde de 50 años y madres de dos hijas (25 y 12), acude insistentemente a la EPS CRUZ BLANCA en busca de atención médica para una dolencia cardíaca que padece. En mayo de 2015 los médicos tratantes determinan la necesidad de intervenir quirúrgicamente a doña Rubiela, hecho que se pospone repetidamente por parte de CRUZ BLANCA.

En una de las muchas peregrinaciones de la señora a la EPS, esta sufre un infarto en plena vía pública y fallece ante la mirada impotente de miles de ciudadanos que pasan por el sitio. Como para hacer más doloroso (y afortunadamente visible) la triste e inverosímil historia de doña Rubiela Chivará, el CTI de la Fiscalía demora 6 horas en hacer el levantamiento de su cuerpo, tiempo durante el cual los familiares de la señora, y transeúntes que se solidarizan con el denigrante hecho, terminan expresando su indignación con un entendible bloqueo a la Autopista Norte. 

El remate del suceso no puede ser más cuestionable. Para ‘resolver’ la situación de orden público se hace presente el ESMAD (Escuadrón Móvil Antidisturbios) y ataca con gases lacrimógenos a los familiares y ciudadanos solidarios que se niegan a aceptar que una persona sea tratada con semejante desprecio, luego de morir claramente por desatención médica. Este episodio refleja perfectamente lo que somos como sociedad. 

En contraste con la realidad de los hechos, los medios de comunicación dan cuenta a la ciudadanía de un colosal trancón en la movilidad, con titulares y contenidos que centran su atención en la falta de celeridad del CTI en recoger un cuerpo, como si se tratara de un reclamo a Aseo Capital o Ciudad Limpia por el abandono de un colchón en el espacio público. De no ser por esta demora, seguramente el caso hubiera pasado inadvertido. Y vaya uno a compararlo con los cuidados y atenciones de que seguramente estará siendo objeto, a la hora que esto escribo, el vicepresidente Vargas Lleras en la intervención quirúrgica que se le programó para hoy; y no porque no los merezca, sino para confirmar una vez más que existen vidas de valor triple AAA, y otras, las más, que simplemente no cuentan. Hoy seguramente Rubelia estaría viva si fuera la vicepresidente de Colombia, pero no lo era.  
El verdadero colapso está en el sistema de salud, y la real causa de que no pase nada con la desatención de las muchas Rubielas Chivará que mueren a diario en el país es que somos una sociedad indiferente, pasiva, conformista, superficial y egoísta. Confundimos, desde los medios de comunicación para bajo, conceptos tan disímiles como dignidad y salud, con incomodidad y movilidad. ¿Seremos capaces de pasar sin ninguna consideración sobre el cadáver rígido y helado de Rubiela, y verla como la causa de un problema de movilidad?

Rubiela Chivará: 
Paz en su tumba y toda nuestra consideración a su familia